El Banco de Japón (BOJ) ha aumentado las tasas de interés por primera vez en 17 años, marcando un hito significativo en la política monetaria del país. La tasa clave del BOJ pasó de -0.1% a un rango de 0% a 0.1%. Esta decisión se produce en un contexto de aumento de los salarios después de que los precios al consumidor subieran.
Hasta 2016, el BOJ había mantenido tasas de interés negativas en un intento por estimular la economía estancada del país. Con esta subida, ya no quedan países con tasas de interés negativas. Cuando las tasas son negativas, las personas deben pagar por depositar dinero en un banco, lo que fomenta el gasto en lugar de ahorrar.
Además, el BOJ abandonó una política conocida como “control de la curva de rendimiento” (YCC), que implicaba la compra de bonos del gobierno japonés para controlar las tasas de interés. Aunque esta política estuvo en vigor desde 2016, se criticó por distorsionar los mercados al mantener las tasas de interés a largo plazo bajas.
La decisión de aumentar las tasas se basó en que las principales corporaciones japonesas han aumentado los salarios de sus empleados para ayudarles a hacer frente al aumento del costo de vida. En enero, la inflación al consumidor en Japón se mantuvo en el objetivo del 2% del BOJ, a pesar de la desaceleración en la tasa de aumento de precios. Sin embargo, el regreso de la inflación plantea desafíos tanto positivos como negativos para la economía. Si bien puede estimular la productividad y la demanda interna, también puede estar impulsada por factores externos como conflictos bélicos o interrupciones en las cadenas de suministro.
Mirando hacia el futuro, el BOJ ha señalado que no habrá más aumentos de tasas por ahora, ya que espera que las condiciones financieras acomodaticias se mantengan. A medida que la inflación se modera, es probable que los sindicatos presionen por aumentos salariales más pequeños en las próximas negociaciones. En general, se espera que la inflación caiga por debajo del objetivo del BOJ para finales de año, lo que no requeriría más ajustes en la tasa de política monetaria.
En resumen, Japón ha dado un paso importante al poner fin a las tasas de interés negativas, pero la economía sigue enfrentando desafíos y oportunidades en su camino hacia la recuperación.