Dos investigadores, Giorgio Primiceri y Domenico Giannone, presentarán un informe ante la alta dirección del Banco Central Europeo (BCE) en su reunión anual cerca de Sintra, Portugal. Según su modelo, que descompone la inflación en oferta, demanda y el efecto de la política monetaria, la inflación se encamina hacia el objetivo del BCE del 2%, a menos que surjan nuevos shocks. El análisis sugiere un panorama optimista para la inflación en los próximos trimestres.
A pesar de las advertencias de la miembro de la junta del BCE, Isabel Schnabel, sobre la dificultad de la “última milla de desinflación”, el informe prevé que la inflación se reducirá al objetivo del BCE el próximo año y se mantendrá allí hasta 2026, incluso si la tasa de política se reduce al 2.5% desde el 3.75% actual. Contrariamente a la narrativa predominante, los investigadores encontraron que la recuperación más fuerte de la demanda después de la pandemia, en lugar de la oferta restringida, fue responsable de la alta inflación en 2021-22. Si el BCE hubiera endurecido la política antes, la inflación habría alcanzado solo el 6%, pero a costa de un punto porcentual de producción económica perdida.
En resumen, el BCE podría seguir recortando las tasas de interés mientras la inflación se estabiliza. El análisis destaca la importancia de equilibrar la política monetaria para evitar un declive significativo en la actividad económica.