El euro digital ha sido un tema de discusión candente en el mundo financiero. Muchos bancos temen que sus clientes puedan retirar depósitos para mantener el euro digital en su lugar. Sin embargo, estos temores son infundados.
El 18 de octubre de 2023, el Consejo de Gobierno del BCE esbozó el alcance y las características clave de un euro digital. Se espera que las características del euro digital incluyan un alcance paneuropeo, estatus de moneda de curso legal y un alto nivel de privacidad.
Un euro digital combinaría todas las características de una solución de pago digital moderna. Llenaría el vacío dejado por la ausencia de una solución de pago electrónico europea que esté disponible y sea aceptada de forma gratuita en toda Europa, fortaleciendo así la soberanía monetaria y la resistencia de la unión monetaria.
Para preservar la función económica de los bancos comerciales, se limitarían las tenencias individuales de euros digitales. Los comerciantes podrían recibir y procesar euros digitales, pero no podrían mantenerlos en absoluto, protegiendo así la base de depósitos corporativos del sistema bancario.
Además, las tenencias de euros digitales no devengarían intereses. Los usuarios podrían vincular sin problemas su cuenta de euro digital a una cuenta de pago con su banco, permitiendo un mecanismo de “cascada inversa”. Esto elimina la necesidad de prefinanciar la cuenta de euro digital para pagos en línea, ya que cualquier déficit se cubriría instantáneamente desde la cuenta bancaria comercial vinculada, siempre que tenga fondos suficientes disponibles.
Desde el principio, las preguntas sobre el riesgo para la financiación bancaria estuvieron en el centro de las discusiones sobre las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC). En teoría, las CBDC podrían afectar a las instituciones financieras, ya que los depositantes podrían optar por mover dinero de los depósitos bancarios al banco central. Sin embargo, los bancos centrales han analizado este problema y han ideado formas de abordar estos riesgos de antemano.
En el caso de un euro digital, la combinación de la cascada inversa, un límite de tenencia y ninguna remuneración reduciría fuertemente los incentivos para mantener grandes cantidades de dinero en una billetera de euro digital. Los usuarios confiarían en el euro digital como medio de pago en lugar de usarlo para inversión.
En resumen, el euro digital está diseñado para ser un medio de pago y no para inversión. Los temores de los bancos sobre la pérdida de depósitos son infundados y el euro digital podría ser una adición valiosa al panorama financiero europeo.